jueves, 19 de febrero de 2009

Procesos que terminan

Decir adiós es la parte difícil del viaje, reconocer cuándo es el momento justo, el adecuado, cuándo ha llegado el tiempo de cambiar la ruta, de soltar, de dejar y seguir andando es un arte que siempre me pone a dudar. 

A veces siento que el camión paso de largo y no alcance a notarlo, entonces la despedida resulta abrupta, sorpresiva o totalmente desangelada, vacía de energía, arropada de agotamiento. Otras pasa que me doy cuenta, te das cuenta, nos damos cuenta juntos y en silencio que ha llegado el tiempo, pero tenemos tanto miedo de nombrarlo... entonces la energía se dispersa, rebota de un lado al otro, la atención se vuelve más bien tensión y los movimientos se hacen cortos, como si ambos supiéramos que un jalón fuerte puede romper el delgado hilo que aún nos sostiene juntos; sabemos que se tiene que acabar, que el momento ha llegado, pero queremos un poco más, un instante más...se necesita entonces valor, mucho valor para decir adiós. A veces la decisión es unilateral,  de un lado está clara, es contundente, del otro cae como balde de agua helada y cómo cuesta recuperarse entonces. En ocasiones va llegando poco a poco, suavecito, como de puntitas, y entonces ambos lo notamos, lo sabemos y lo nombramos; no hay dolor, no cae de golpe, no necesita explicarse no tiene que alargarse, no sobra ni falta energía, nos despedimos con un abrazo fuerte, quizá una lágrima y la conciencia de que  a la semana siguiente, el mismo día y a la misma hora no habremos ya de encontrarnos, nos habita a ambos...es hermoso decirnos adiós entonces. A veces es la vida, una torpeza o la que llamamos resistencia quien nos avienta de golpe a soltarnos y entonces lo que hay es rabia, rebeldía, frustración: no era el momento, no había llegado, no lo queríamos, no tocaba, no es justo...y sin embargo nos despedimos.

Tiene tantas formas el adiós que podría escribir un tratado de todas ellas y sin embargo me faltarían miles, las miles que no tienen palabras, las miles que no me han tocado, las miles que incluso hoy cuesta nombrar... y sin embargo estamos condenados al final, a decir adiós después de andar juntos el encuentro.

lunes, 16 de febrero de 2009

FESTEJANDO

Porque es en el amor en dónde mis días encuentran sentido, en dónde el camino encuentra ruta, en dónde mis instantes valen. Porque es amar lo que elijo para esta mi vida, lo que me levanta de la cama cada mañana, lo que me hace mirar hondo y andar despacio, en silencio. Porque es el amor, para mi, un canto a la vida...amando le canto hoy, hoy que es un año más, a mi vida.

martes, 10 de febrero de 2009

FELIZ CUMPLEAÑOS PAPÁ

Buscaba las mañanitas y me encontré con tu tío cantándole a la vida y a la libertad, a está vida que al final "se nos tiene que acabar". Lo elegí a él entonces, a él con quien si es que el cielo existe, debes estar festejando y sin duda riendo. La imagen fue bella, los Soto riendo y bebiendo tequila en el cielo con el pretexto de tu cumpleaños, así lo imagino si es que el cielo existe, así lo quiero imaginar aún si el cielo no existe.
¡Feliz Cumpleaños Papá!