lunes, 17 de noviembre de 2008


Ojalá las palabras vuelvan,
ojalá  mi alma encuentre las letras pérdidas,
ojalá los nombres recuperen su voz
...su sentido.
Ojalá el ruido de dentro encuentre salida
o el silencio lo calme.
Ojalá regresé la paz y la noche se acabe,
ojalá...ojalá...
Mientras tanto está mi silencio,
mientras tanto está mi mirada,
mientras tanto intento, simplemente intento.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Hace un poco mas de dos semanas salió a la venta la nueva novela de Hortensia Moreno, "Vida en peligro", una novela que en palabras de esta hermosa mujer "comenzó como una novela histórica y se fue convirtiendo en la historia de dos amigas", "al principio me interesaba -dice Hortensia- reconstruir la gran aventura de las mujeres en la conquista de la libertad y la igualdad. Ahora pienso que, si no tenemos amigas, la libertad y la igualdad no son tan espectaculares". 

Hace poco más de dos semanas, en la cena de los jueves (esa que se repite cada jueves desde hace muchos, muchos años), tuve por primera vez el libro impreso en mis manos y sentí que el corazón me latía fuerte de emoción, como me late cada vez que tengo el privilegio de leer, escuchar, mirar, sentir, aprender, reír, llorar, beber y seguir admirando y aprendiendo con esta mujer. No hemos festejado, no se ha podido, porque hace dos semanas la vida nos dio un golpe, y con él un vuelco. Carlos, nuestro amigo, su amor, tuvo un accidente y hemos pasado semanas en el hospital clamando por su vida, tratando de entender la nuestra, abrazados como podemos y  sosteniéndonos con fuerza de la esperanza que surge del deseo. 

El deseo y la esperanza de todos, la fuerza de Carlos, el sostén de Hortensia, la medicina y quizá algo más que está más allá de lo que puedo explicar nos regaló hoy la noticia de que Carlos sale del hospital mañana. Vienen meses duros, pero nunca tan duros como las semanas pasadas. Carlos está con nosotros y es tiempo de dar gracias por ello. 

Aún no tengo palabras para entender y mucho menos decir lo que he vivido en estas dos semanas. No tengo palabras e incluso me siento como traicionada por ellas, porque me han dejado sola, porque se han vuelto palabras vacías o mudas, palabras que no dan para transmitir mi historia con Carlos, con Hortensia, con este grupo de locos que nos reunimos cada jueves. Tomo entonces las palabras de Hortensia porque creo que se merece ser nombrada y no posponerla más, y con ellas juego y construyo algo de lo vivido: si, la sustancia de la vida es el peligro, vivir es peligroso, amar es peligroso, dar por hecho es peligroso, no tener nombre para describir los lazos es peligroso, despertar y echar a andar es peligroso, el peligro es la sustancia. Cada día nos jugamos la vida porque eso es la vida.

Hace dos semanas estuve a punto de perder a mi amigo, a mi hermano, a mi padre, a este físico químico necio con el que peleo los jueves, a él que me ha acompañado en las buenas y en las malas año tras año, semana tras semana, al que he acompañado en las buenas y en las malas, año tras años, semana tras semana. Al que me ha enseñado, al que le he enseñado. 

Hace dos semanas mi grupo de los jueves: mi familia, mis amores, mis hermanos, mi gente pues, ha estado viviendo entre la chamba, el dolor, el hospital, la emergencia...el peligro. No sé cómo vamos a salir de todo esto. Se que nos ha tocado y nos ha cambiado. Sé que no soy ni puedo ser la misma que era hace dos semanas. Sé que no podemos ser los mismos y que, como Carlos, hemos perdido algunas palabras y con ellas otras tantas cosas. Sé que soy incapaz de escribir con el alma como lo hago en otros tiempos, supongo es que tengo el alma extraviada o confundida. Pero sé también, hoy lo sé de cierto, que como dice Hortensia la libertad y la igualdad, la vida toda no sería tan espectacular si no tuviéramos amigos. Así es que como Eli y Mónica en la novela, intentando develar los misterios de una casa abandonada se encontraron, yo acompañando a Carlos en terapia intensiva y tratando de entender porqué nos hacía esto la vida, descubrí con claridad la intensidad, la fuerza y el valor de la amistad incondicional, si es que la palabra amistad da para expresar su fondo.

Gracias a los que oraron conmigo y con su amor me acompañaron,
gracias a los que con música y  letras me sostuvieron, 
gracias a los que me hicieron reír con fuerza y con la risa respirar de nuevo,
gracias a mi testigo incondicional, al hombre de letras que espero  me ayude a recuperar las mías,
gracias a Carlos por su fuerza, por vivir,
gracias a Hortensia por la entereza de su amor, por la congruencia de su entrega,
gracias a Eli y Jero, a Gerardo y Made, a Pepe y Bárbara, a Mika y Noé, a David y a Karl, a Angeles y a la Güera, a Lacho, al Güero, a Clau Clau, a Ka, gracias a ti Barry...gracias....gracias a ustedes que son hermanos, familia, amigos...AMOR. 

GRACIAS porque si bien es cierto que me robaron las palabras y no sé cuando vuelvan, también lo es que los tengo a ustedes y que sólo así es posible vivir esta que es Vida en Peligro.