Estoy convencida de que el Fútbol siempre me enseña, no sólo mirando y siguiendo con pasión a un equipo, no sólo acudiendo al estadio cada 15 días y viviendo todo lo que en medio de las multitudes se aprende: porque ahí no hay marcas, profesiones, sexos, géneros o partidos políticos, ahí hay gente, gente que comparte y se expresa, gente que pierde los estribos y se abraza...gente, miles de gentes que por instantes se vuelven una en un grito; sino también leyendo acerca de él y de las historias que algo tan aparentemente simple como es perseguir una pelota y tratar de meterla en una portería puede generar, J. Villoro en "Dios es redondo" me regaló algunas muestras de esto, que hoy quiero compartir:
- "Antes de salir del campo conviene recordar a los jugadores de sombra, los que se quedaron en el camino, con los huesos o los nervios rotos, aquejados por las variadas circunstancias con que los días preparan su asedio. Ellos, nunca vistos, fueron tan necesarios como las líneas blancas que separan las letras en los libros" (p.221).
- "El fútbol tiene que ver con lo que Italo Calvino llama identidades leves, se trata de una excusa que nos da una sensación de pertenencia" (p.205).
- "Cada futbolista saca al barrio hacía afuera cuando le toca jugar" (p.206).
Pero no sólo del Fútbol aprendo, también aprendo de la psicoterapia y de aquellos que son maestros en ese oficio:
- "Disfruto esto: apoyada y fortalecida: el apoyo no te quita la fuerza, te fortalece"
- "Ambos somos importantes, estando juntos"
- "Es hermoso que me puedas ver mirándote"
- "EL ARTE ES UNA HERIDA QUE TERMINA EN LUZ"...y la palabra de alguien que mira con cuidado, medicina.
Gracias Maestro, gracias Guy Pierre Tur por enseñarme siempre, aún cuando no te lo propones.
- APRENDÍ que cuando un cuerpo dolorido por años, por siempre, despierta a la vida porque el dolor empieza a despedirse, la intensidad del resto de los sentires despierta también y con ello como un volcán la vida entera explota... y a ratos, quema.
- APRENDÍ que hay miradas que atrapan, que seducen, que fascinan; muchas de ellas abrazan por la profundidad del alma que guardan, pero otras engañan. Lo nuevo es que la única forma de distinguirlas es: entrar, sentirlas, correr el riesgo...eso es la vida, y aunque a ratos duela o me haga sentir marciana, elijo vivirla.
- A veces me siento tan marciana, tan fantasma, tan sombra...y es que a veces me abruma el ruido de esos que hacen tanto (incluso aspavientos) y entonces me voy sintiendo tan mareada que me sumo en la pared hasta alcanzar la sensación de no estar por que simplemente ya no puedo o ya no quiero estar más; me hago chiquita hasta sentir que he logrado esfumarme junto al viento o escaparme entre las voces que no paran de sonar y sonar alto...y es que a veces ocurre que el ruido me aturde, me confunde, me satura, entonces tomo aire y lleno mi vientre como un globo, lo lleno tanto que me parece que me voy poniendo morada y cuando estoy a punto de estallar, un suspiro, una mirada, una caricia discreta, un silencio que abraza y habla claro y hondo, me salva.