sábado, 13 de diciembre de 2008

Adriana Varela - Con la frente marchita


¡Ya me voy!... y es que de vez en cuando toca irse, borrarse , andar otras calles, nuevas calles, dibujarse nueva en banquetas nuevas, en historias vivas que son historias viejas: historias oídas y dolidas, historias que se llenan de vida cuando uno las anda. Toca andar y sorprenderse con miradas hondas, con noches grandes, con caminos largos... toca andar lo nuevo y desconocido, lo contado. Toca vivir... vivir lejos. Desde allá (un allá desconocido) FELIZ AÑO a los amados.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

FUNCIÓN HOYO

Tan fácil y fascinante que es mirar al cielo y dejarse sorprender por la luna y su sonrisa clara; tan fácil y tan bello que es sentarse en una banqueta y mirar pasar al mundo, a la gente y a la vida; tan simple y tan lleno de magia que es echar a andar con un amigo por la calle y disfrutar de su amorosa compañía o estar en medio de un grupo de gente querida y explotar a carcajadas o hasta llorar juntos y en colectivo. Tan fácil y tan afortunado que resulta el poder sentarse en casa frente a la computadora y parar un momento para mirar ese hecho tan simple: que uno tiene una casa, un techo, una computadora y hasta un instante para detenerse. Tan fácil que es respirar profundo y dejar que el aire entre hasta la boca del estomago y luego salga pausadamente. Tan fácil y tan hermoso que es dejarse abrazar por aquel o aquella a quien se ama, tocar la vida toda en un beso o en la sonrisa de un hijo, de una media hija, de un sobrino o de un hermoso niño que simplemente andaba por ahí regalando sonrisas. Tan fácil que es compartir el pan, las penas, las noches largas o las mañanas suaves... entonces ¿porque si la vida puede resultar tan fácil y tan sorprendentemente bella en compañía (y cuando digo compañía hablo de los amados, los desconocidos, los otros que son también la luna y la noche oscura y la mañana que nos sorprende y el techo que nos cubre y la silla que nos sostiene y la mandarina que nos refresca o el café que nos calienta) insistimos en hacerla compleja, en encerrarnos dentro muy dentro diciéndonos una y otra vez lo solos que estamos, lo incomprendidos que somos, lo mal que la pasamos, lo duro que es todo? o quizá deba decir: ¿porque si la vida me ha dado tanta fortuna, porque si ha sido justa aún en las injusticias, porqué si hoy me regalo generosamente una luna sonriente y la magia de detenerme a mirarla, porqué me duele tanto, tanto y tan hondo el alma, porqué no puedo quedarme conforme, porqué no logro sentirme parte? ¿porqué a ratos quiero salir corriendo o quedarme muda? ¿porqué cuestiono todo o sospecho de todo? ¿porqué me siento tan cansada? ¿porqué soy tan injusta con esta mi vida justa?...