miércoles, 29 de octubre de 2008

miércoles, 22 de octubre de 2008

Cada Una De Tus Cosas Andres Calamaro

MIRADAS, complicidades, noches largas, sueños locos, viajes que vienen, vida vivida, historia que cuesta: que se pelea y se gana. Risas, vino, agua que corre, tiempo que pasa y no se acaba...MIRADAS, si, y el Calamaro que canta.

martes, 21 de octubre de 2008

GRACIAS CLAIRE


Por llevarme a hurtadillas, por ser mi bastón, por abrirme las puertas y con ella los ojos. Gracias por tenerme a tu lado y dejarme abrazarte, por recibir mis lágrimas entre tus brazos. GRACIAS por  llenarlo de flores, tus flores, y con ellas devolverme la luz y recordarme el sentido y el peso que aveces me parece perdido. Gracias amiga, por ser.

jueves, 16 de octubre de 2008

TENER PESO EN LA VIDA...


Desde que recuerdo he buscado con ansias por entre la vida, aquello que me de peso, que me arraigue, que me baje de las nubes o me arrebate esta terrible sensación de "ligereza" o sin sentido que quizá mi paso vacilante, mis piernas poco firmes o mi cuerpo tan pequeño le han imprimido a mi estar en el mundo. He buscado hacerme pesada, adquirir "seriedad" (en un sentido profundo que nada tiene que ver con la presencia o ausencia de una sonrisa o de un chiste bien contado)... he buscado con urgencia peso, un peso que me mantenga en la vida, con vida. Me he llenado de responsabilidades en ese afán. He cuidado a muchos y he luchado con fuerza por mucho. He aprendido a mirar más allá de la "urgente" necesidad que dicta mi ombligo, de mi deseo o de mi pequeño drama personal. He pensado en las mil y una causas justas por las que valdría la pena dar la vida, mi vida. He amado y amo intensamente, entregándome al amor y a la vida aún por encima de los dictados suscritos en los manuales de "buenas costumbres". He sobrevivido al dolor físico y también al que viene de dentro, al que parte el alma. He desarrollado habilidades para escuchar, sostener y acompañar un sin fin de dolores y de ellos he aprendido que el dolor, sin importar sus causas, cuando duele: duele hondo, tan hondo que no hay forma de no prestarle oídos. 

Alguien me dijo un día (y vaya que me calo la frase) que cuando una se rompe para dar vida, no vuelve a ser nunca más la misma. Yo nací rota y sin la posibilidad de dar vida, quizá por ello es que en medio de cada pequeña o gran fractura con la que me encuentro y en la posibilidad de recibir, acompañar, respetar y crecer del y con el dolor, de crecerme al dolor, es que encuentro el sentido.

Algunos dicen que soy densa, otros que cargo demasiado, otros piensan que me arriesgo de más, que me entrego de golpe o que mi desesperanza o desilusión de fondo les duele.  Hay quien dice que exagero, que debería tomarme la vida y los días más a la ligera, que no puedo (o no debo) detenerme en cada lágrima que encuentro, en cada llanto callado que descubro, en cada herida que silenciada me grita, dicen que no puedo sostener el dolor del mundo. A ellos que tanto y tan fácil dicen yo les digo: es sólo que nací pequeña, flaca, de cuerpo frágil y paso vacilante, es sólo que necesito peso para quedarme en la tierra... y cuando uno vino rota: es de la herida de dónde surge la vida. Saber de cierto, mirar y andar desde ahí (aún en contra del andar del mundo) es al mismo tiempo mi bendición y mi maldición.

martes, 14 de octubre de 2008

Andres Calamaro - Flaca

Por tu emoción que ayer fue regalo, por tu mirada que se salía completa tomándolo todo, por tus gritos, por ti bailando, por tu risa...por ti y por Calamaro que ayer me regalo tu alegría.

Retomando con urgencia el camino


He conocido muchas formas de quedarme quieta, algunas han dolido y otras me han permitido seguir viviendo; en algunas he encontrado movimiento (aún cuando en apariencia no lo hay) y en otras he dejado escapar la vida. He tocado una y mil formas de parálisis, desde la física que atada a una silla me regalo a cambio el movimiento de los ojos, hasta la parálisis del alma que me ha mantenido alejada a ratos del mundo y el sentido. Hoy estoy un poco así, detenida en mis letras, en las del deber. Detenida por uno y mil miedos, detenida por el cansancio, detenida por las mil ocupaciones que en el otro no me dejan fuerza para reparar en mi. Hoy me siento detenida, encadenada y escribo como deseando romper el maleficio confesándolo, necesito y quiero volver a moverme, necesito y quiero ocuparme de lo pendiente, necesito y quiero retomar el camino que se me extravió, necesito y quiero ser por un momento prioridad en mi vida.

lunes, 6 de octubre de 2008

Es que amaneció nublado...

A veces el silencio me invade, la palabra se me espanta, el sentido se extravía 
y la mirada se me cansa.
A veces parece que mis letras se gastan, que contienen absurdos y que no tienen razón alguna para estar: son demasiado silenciosas y pálidas, son palabras sordas o mudas...
ya no sé y hoy creo que ni saber me importa. 
A veces simplemente amanece nublado, el sol no calienta o nos empata el América.
Si, hay días, días como hoy en los que estoy cansada, 
sólo cansada de todo y de nada, días amargos... 
pero al final se de cierto (eso no lo olvido) que días como hoy son sólo eso: días que pasan,
entonces me siento y callada, espero.