sábado, 13 de diciembre de 2008

Adriana Varela - Con la frente marchita


¡Ya me voy!... y es que de vez en cuando toca irse, borrarse , andar otras calles, nuevas calles, dibujarse nueva en banquetas nuevas, en historias vivas que son historias viejas: historias oídas y dolidas, historias que se llenan de vida cuando uno las anda. Toca andar y sorprenderse con miradas hondas, con noches grandes, con caminos largos... toca andar lo nuevo y desconocido, lo contado. Toca vivir... vivir lejos. Desde allá (un allá desconocido) FELIZ AÑO a los amados.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

FUNCIÓN HOYO

Tan fácil y fascinante que es mirar al cielo y dejarse sorprender por la luna y su sonrisa clara; tan fácil y tan bello que es sentarse en una banqueta y mirar pasar al mundo, a la gente y a la vida; tan simple y tan lleno de magia que es echar a andar con un amigo por la calle y disfrutar de su amorosa compañía o estar en medio de un grupo de gente querida y explotar a carcajadas o hasta llorar juntos y en colectivo. Tan fácil y tan afortunado que resulta el poder sentarse en casa frente a la computadora y parar un momento para mirar ese hecho tan simple: que uno tiene una casa, un techo, una computadora y hasta un instante para detenerse. Tan fácil que es respirar profundo y dejar que el aire entre hasta la boca del estomago y luego salga pausadamente. Tan fácil y tan hermoso que es dejarse abrazar por aquel o aquella a quien se ama, tocar la vida toda en un beso o en la sonrisa de un hijo, de una media hija, de un sobrino o de un hermoso niño que simplemente andaba por ahí regalando sonrisas. Tan fácil que es compartir el pan, las penas, las noches largas o las mañanas suaves... entonces ¿porque si la vida puede resultar tan fácil y tan sorprendentemente bella en compañía (y cuando digo compañía hablo de los amados, los desconocidos, los otros que son también la luna y la noche oscura y la mañana que nos sorprende y el techo que nos cubre y la silla que nos sostiene y la mandarina que nos refresca o el café que nos calienta) insistimos en hacerla compleja, en encerrarnos dentro muy dentro diciéndonos una y otra vez lo solos que estamos, lo incomprendidos que somos, lo mal que la pasamos, lo duro que es todo? o quizá deba decir: ¿porque si la vida me ha dado tanta fortuna, porque si ha sido justa aún en las injusticias, porqué si hoy me regalo generosamente una luna sonriente y la magia de detenerme a mirarla, porqué me duele tanto, tanto y tan hondo el alma, porqué no puedo quedarme conforme, porqué no logro sentirme parte? ¿porqué a ratos quiero salir corriendo o quedarme muda? ¿porqué cuestiono todo o sospecho de todo? ¿porqué me siento tan cansada? ¿porqué soy tan injusta con esta mi vida justa?...

lunes, 17 de noviembre de 2008


Ojalá las palabras vuelvan,
ojalá  mi alma encuentre las letras pérdidas,
ojalá los nombres recuperen su voz
...su sentido.
Ojalá el ruido de dentro encuentre salida
o el silencio lo calme.
Ojalá regresé la paz y la noche se acabe,
ojalá...ojalá...
Mientras tanto está mi silencio,
mientras tanto está mi mirada,
mientras tanto intento, simplemente intento.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Hace un poco mas de dos semanas salió a la venta la nueva novela de Hortensia Moreno, "Vida en peligro", una novela que en palabras de esta hermosa mujer "comenzó como una novela histórica y se fue convirtiendo en la historia de dos amigas", "al principio me interesaba -dice Hortensia- reconstruir la gran aventura de las mujeres en la conquista de la libertad y la igualdad. Ahora pienso que, si no tenemos amigas, la libertad y la igualdad no son tan espectaculares". 

Hace poco más de dos semanas, en la cena de los jueves (esa que se repite cada jueves desde hace muchos, muchos años), tuve por primera vez el libro impreso en mis manos y sentí que el corazón me latía fuerte de emoción, como me late cada vez que tengo el privilegio de leer, escuchar, mirar, sentir, aprender, reír, llorar, beber y seguir admirando y aprendiendo con esta mujer. No hemos festejado, no se ha podido, porque hace dos semanas la vida nos dio un golpe, y con él un vuelco. Carlos, nuestro amigo, su amor, tuvo un accidente y hemos pasado semanas en el hospital clamando por su vida, tratando de entender la nuestra, abrazados como podemos y  sosteniéndonos con fuerza de la esperanza que surge del deseo. 

El deseo y la esperanza de todos, la fuerza de Carlos, el sostén de Hortensia, la medicina y quizá algo más que está más allá de lo que puedo explicar nos regaló hoy la noticia de que Carlos sale del hospital mañana. Vienen meses duros, pero nunca tan duros como las semanas pasadas. Carlos está con nosotros y es tiempo de dar gracias por ello. 

Aún no tengo palabras para entender y mucho menos decir lo que he vivido en estas dos semanas. No tengo palabras e incluso me siento como traicionada por ellas, porque me han dejado sola, porque se han vuelto palabras vacías o mudas, palabras que no dan para transmitir mi historia con Carlos, con Hortensia, con este grupo de locos que nos reunimos cada jueves. Tomo entonces las palabras de Hortensia porque creo que se merece ser nombrada y no posponerla más, y con ellas juego y construyo algo de lo vivido: si, la sustancia de la vida es el peligro, vivir es peligroso, amar es peligroso, dar por hecho es peligroso, no tener nombre para describir los lazos es peligroso, despertar y echar a andar es peligroso, el peligro es la sustancia. Cada día nos jugamos la vida porque eso es la vida.

Hace dos semanas estuve a punto de perder a mi amigo, a mi hermano, a mi padre, a este físico químico necio con el que peleo los jueves, a él que me ha acompañado en las buenas y en las malas año tras año, semana tras semana, al que he acompañado en las buenas y en las malas, año tras años, semana tras semana. Al que me ha enseñado, al que le he enseñado. 

Hace dos semanas mi grupo de los jueves: mi familia, mis amores, mis hermanos, mi gente pues, ha estado viviendo entre la chamba, el dolor, el hospital, la emergencia...el peligro. No sé cómo vamos a salir de todo esto. Se que nos ha tocado y nos ha cambiado. Sé que no soy ni puedo ser la misma que era hace dos semanas. Sé que no podemos ser los mismos y que, como Carlos, hemos perdido algunas palabras y con ellas otras tantas cosas. Sé que soy incapaz de escribir con el alma como lo hago en otros tiempos, supongo es que tengo el alma extraviada o confundida. Pero sé también, hoy lo sé de cierto, que como dice Hortensia la libertad y la igualdad, la vida toda no sería tan espectacular si no tuviéramos amigos. Así es que como Eli y Mónica en la novela, intentando develar los misterios de una casa abandonada se encontraron, yo acompañando a Carlos en terapia intensiva y tratando de entender porqué nos hacía esto la vida, descubrí con claridad la intensidad, la fuerza y el valor de la amistad incondicional, si es que la palabra amistad da para expresar su fondo.

Gracias a los que oraron conmigo y con su amor me acompañaron,
gracias a los que con música y  letras me sostuvieron, 
gracias a los que me hicieron reír con fuerza y con la risa respirar de nuevo,
gracias a mi testigo incondicional, al hombre de letras que espero  me ayude a recuperar las mías,
gracias a Carlos por su fuerza, por vivir,
gracias a Hortensia por la entereza de su amor, por la congruencia de su entrega,
gracias a Eli y Jero, a Gerardo y Made, a Pepe y Bárbara, a Mika y Noé, a David y a Karl, a Angeles y a la Güera, a Lacho, al Güero, a Clau Clau, a Ka, gracias a ti Barry...gracias....gracias a ustedes que son hermanos, familia, amigos...AMOR. 

GRACIAS porque si bien es cierto que me robaron las palabras y no sé cuando vuelvan, también lo es que los tengo a ustedes y que sólo así es posible vivir esta que es Vida en Peligro.

miércoles, 29 de octubre de 2008

miércoles, 22 de octubre de 2008

Cada Una De Tus Cosas Andres Calamaro

MIRADAS, complicidades, noches largas, sueños locos, viajes que vienen, vida vivida, historia que cuesta: que se pelea y se gana. Risas, vino, agua que corre, tiempo que pasa y no se acaba...MIRADAS, si, y el Calamaro que canta.

martes, 21 de octubre de 2008

GRACIAS CLAIRE


Por llevarme a hurtadillas, por ser mi bastón, por abrirme las puertas y con ella los ojos. Gracias por tenerme a tu lado y dejarme abrazarte, por recibir mis lágrimas entre tus brazos. GRACIAS por  llenarlo de flores, tus flores, y con ellas devolverme la luz y recordarme el sentido y el peso que aveces me parece perdido. Gracias amiga, por ser.

jueves, 16 de octubre de 2008

TENER PESO EN LA VIDA...


Desde que recuerdo he buscado con ansias por entre la vida, aquello que me de peso, que me arraigue, que me baje de las nubes o me arrebate esta terrible sensación de "ligereza" o sin sentido que quizá mi paso vacilante, mis piernas poco firmes o mi cuerpo tan pequeño le han imprimido a mi estar en el mundo. He buscado hacerme pesada, adquirir "seriedad" (en un sentido profundo que nada tiene que ver con la presencia o ausencia de una sonrisa o de un chiste bien contado)... he buscado con urgencia peso, un peso que me mantenga en la vida, con vida. Me he llenado de responsabilidades en ese afán. He cuidado a muchos y he luchado con fuerza por mucho. He aprendido a mirar más allá de la "urgente" necesidad que dicta mi ombligo, de mi deseo o de mi pequeño drama personal. He pensado en las mil y una causas justas por las que valdría la pena dar la vida, mi vida. He amado y amo intensamente, entregándome al amor y a la vida aún por encima de los dictados suscritos en los manuales de "buenas costumbres". He sobrevivido al dolor físico y también al que viene de dentro, al que parte el alma. He desarrollado habilidades para escuchar, sostener y acompañar un sin fin de dolores y de ellos he aprendido que el dolor, sin importar sus causas, cuando duele: duele hondo, tan hondo que no hay forma de no prestarle oídos. 

Alguien me dijo un día (y vaya que me calo la frase) que cuando una se rompe para dar vida, no vuelve a ser nunca más la misma. Yo nací rota y sin la posibilidad de dar vida, quizá por ello es que en medio de cada pequeña o gran fractura con la que me encuentro y en la posibilidad de recibir, acompañar, respetar y crecer del y con el dolor, de crecerme al dolor, es que encuentro el sentido.

Algunos dicen que soy densa, otros que cargo demasiado, otros piensan que me arriesgo de más, que me entrego de golpe o que mi desesperanza o desilusión de fondo les duele.  Hay quien dice que exagero, que debería tomarme la vida y los días más a la ligera, que no puedo (o no debo) detenerme en cada lágrima que encuentro, en cada llanto callado que descubro, en cada herida que silenciada me grita, dicen que no puedo sostener el dolor del mundo. A ellos que tanto y tan fácil dicen yo les digo: es sólo que nací pequeña, flaca, de cuerpo frágil y paso vacilante, es sólo que necesito peso para quedarme en la tierra... y cuando uno vino rota: es de la herida de dónde surge la vida. Saber de cierto, mirar y andar desde ahí (aún en contra del andar del mundo) es al mismo tiempo mi bendición y mi maldición.

martes, 14 de octubre de 2008

Andres Calamaro - Flaca

Por tu emoción que ayer fue regalo, por tu mirada que se salía completa tomándolo todo, por tus gritos, por ti bailando, por tu risa...por ti y por Calamaro que ayer me regalo tu alegría.

Retomando con urgencia el camino


He conocido muchas formas de quedarme quieta, algunas han dolido y otras me han permitido seguir viviendo; en algunas he encontrado movimiento (aún cuando en apariencia no lo hay) y en otras he dejado escapar la vida. He tocado una y mil formas de parálisis, desde la física que atada a una silla me regalo a cambio el movimiento de los ojos, hasta la parálisis del alma que me ha mantenido alejada a ratos del mundo y el sentido. Hoy estoy un poco así, detenida en mis letras, en las del deber. Detenida por uno y mil miedos, detenida por el cansancio, detenida por las mil ocupaciones que en el otro no me dejan fuerza para reparar en mi. Hoy me siento detenida, encadenada y escribo como deseando romper el maleficio confesándolo, necesito y quiero volver a moverme, necesito y quiero ocuparme de lo pendiente, necesito y quiero retomar el camino que se me extravió, necesito y quiero ser por un momento prioridad en mi vida.

lunes, 6 de octubre de 2008

Es que amaneció nublado...

A veces el silencio me invade, la palabra se me espanta, el sentido se extravía 
y la mirada se me cansa.
A veces parece que mis letras se gastan, que contienen absurdos y que no tienen razón alguna para estar: son demasiado silenciosas y pálidas, son palabras sordas o mudas...
ya no sé y hoy creo que ni saber me importa. 
A veces simplemente amanece nublado, el sol no calienta o nos empata el América.
Si, hay días, días como hoy en los que estoy cansada, 
sólo cansada de todo y de nada, días amargos... 
pero al final se de cierto (eso no lo olvido) que días como hoy son sólo eso: días que pasan,
entonces me siento y callada, espero.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Festejando en el camino, la vida.

Porque en el encuentro, y sólo en el encuentro, la vida nace, la vida surge, la vida se llena de sentido. Abre los ojos: es afuera, es con los otros en dónde podemos FESTEJAR la vida, sólo ahí.

jueves, 18 de septiembre de 2008

La Corrida - Francis Cabrel

Porque en este mundo, en este momento, en este tiempo es tan urgente atrevernos a mirar el otro lado de tantas monedas.

Porque mirar más allá de nuestro ombligo y saber que en frente hay un otro que vive y experimenta diferente, pero que igual que nosotros se duele, es impostergable.

Porque no encuentro otra manera de gritar: ¡detente! afuera y más allá de ti hay una necesidad URGENTE, espero la música y la voz que con ella Cabrel le brinda al Toro en plena Fiesta Brava sirva de algo.

sábado, 23 de agosto de 2008

MIRADAS

Hay miradas que abrazan,
miradas que raptan, secuestran el alma.
Hay miradas que duelen
y están las que callan.
Hay miradas que esconden,
seducen,
mienten,
miradas que engañan...
y hay también, las que matan.
Hay miradas que piden, suplican
miradas que añoran, que esperan.
Hay miradas que juegan,
que evaden, 
que a penas pueden tocarse.
Hay miradas que buscan
y están esas que se encuentran.
Hay miradas que babean,
miradas que quieren comerse al mundo o al otro,
miradas que aman.
Hay miradas asustadas,
sorprendidas, 
miradas extrañadas del mundo,
de un mundo en el que no encuentran ni se encuentran.
Hay miradas dolidas,
miradas que esconden todo el dolor del mundo,
miradas que lloran, aún estando secas.
Hay miradas que hablan,
que no conocen otro lenguaje,
miradas a las que les ha sido otorgada la palabra muda,
esa palabra sin voz que dice tanto y no dice nada: no puede.
Hay miradas inocentes,
miradas que todavía creen,
miradas que guardan sueños aunque los otros los llamen utopías,
son miradas un poco miopes, si,
miradas miopes que hacen del universo un lugar mejor...
en ellas vive la esperanza.

domingo, 17 de agosto de 2008

Cuerpos que hacen magia en un instante...



He visto magia, he mirado a través de una pantalla lo que el cuerpo y la disciplina, la voluntad y la pasión es capaz de hacernos hacer. He visto hombres y mujeres fundirse con el agua; los he visto correr, pelear y dejar el alma en una pista. Los he visto brincar, volar, fundirse con el cielo; he visto lo que no creí que pudiera ser visto y he temblando frente a la belleza de ese espectáculo. Porque un cuerpo fuerte y valiente es hermoso, porque la mirada de quien lo logró es conmovedora, porque la pasión es abrazadora y lo inunda todo. Me he fundido en la contemplación de esta belleza... y he llorado hondo, he llorado por lo que mi cuerpo no puede, no ha podido y no podrá nunca hacer; por cada paso que duele, por mis músculos que han sido condenados a la debilidad, por mis huesos que se aferran a la esperanza de una aguja, al sueño diario de un instante más, de un paso más.

La vida me dio un cuerpo enfermo, débil, uno viejo y cansado desde joven, desde siempre. La vida me enseño a vivir pendiendo de un hilo, de un instante, de una esperanza desesperanzada. Y sin embargo, siempre justa, la vida me dio  a cambio un corazón valiente que me permite mirar a pesar del dolor y la envidia,  si, la vida me dio valor y estos mis ojos que han aprendido a contemplar despacio, hondo, y que me permiten ser testigo de lo que otros cuerpos, unos mágicos, son capaces de hacer en dos, tres, cinco, diez minutos; mirar sus formas, su fuerza, sus rostros; mirar la magia de un instante: sus instantes, y conmoverme con ellos, por ellos. 

Gracias entonces a la vida, por permitirme mirar...

viernes, 8 de agosto de 2008

Palabras robadas...

De Pablo Fernández Christlieb...

"La melancolía no tiene causas, porque surge cuando se acaban las causas".

"El exilio interno de nuestros melancólicos contemporáneos se puede notar en que se aíslan, se callan, andan mal vestidos, y es que saben que hablan un idioma que ya no existe y creen en cosas que ya no son ciertas".

"Las miradas se hicieron para encontrarse, y por eso se buscan (...) a veces (...) uno busca con la mirada los ojos de otro, y encuentra que esos ojos sólo están viendo".

"El silencio es el lenguaje que esta más allá de lo que puede decirse (...) no contiene palabras, sino una cadencia (...) En el silencio, sucede que el hablante, el habla, el lenguaje y el mundo son una misma instancia indisoluble".

"El silencio es la palabras en la punta de la lengua".

"La versión callada del lenguaje, el estilo, es una afortunada incorrección; el estilo involucra al que habla en lo que dice; el estilo es lo que no se dice de lo que se dice". 

"El lenguaje comienza con un silencio: el silencio lingüístico es aquella parte del lenguaje que está más allá de las palabras. Si el silencio dura lo suficiente, se convierte en lenguaje poético o mimético. Si el lenguaje poético dura lo suficiente, se convierte en lenguaje especular o conceptual. Si el lenguaje conceptual dura lo suficiente, se convierte en lenguaje técnico o práctico. Si el lenguaje técnico dura lo suficiente se hace ruido verbal".

martes, 5 de agosto de 2008

Y de pronto ¡ZAZ!

Ocurre a veces que uno se pone a jugarle al valiente y a arriesgarse a andar de lleno en la vida. Ocurre que entonces decide hacer cosas "locas", es decir, distintas a las que uno está acostumbrado: hablar, mostrarse y hasta cerrar los ojos y caminar a ciegas, despacio, a tientas, confiando en la oscuridad y en el tacto, como si nuestras manos fuera sabias. En esos momentos uno camina lento para sentir hasta el viento y jugar a volar, a vibrar, a ser presa de la noche que fascina. Si, ocurre a ratos que uno se atreve a cerrar los ojos convencido de que el piso estará ahí para recibir cada paso y sostenerlo, que el mundo es seguro por conocido, que las cosas están ahí y así: justo como uno supone que están. Pasa entonces que hay un escalón de más o de menos, que la mesa no está en donde debería de estar o que alguien había movido apenas unos centímetros la vieja mecedora de madera, que hay una esquina que uno no calculo o que el piso no es tan liso y firme como uno esperaba, mucho menos cálido y acolchonado. Resulta entonces que la noche no abraza, que las cosas no son ni están como uno supone. Sin remedio uno se tropieza y cae de manera estrepitosa al suelo, y entonces parece tan sólo, tan chiquito, tan ridículo y absurdo tirado en el piso lamiéndose las heridas. En esos momentos uno desea ser tragado por la tierra, borrarse del mapa, desaparecer del mundo; pero como no hay forma de irse a ningún lado y no hay más remedio que seguir habitando este mundo que no suele ser nunca como uno supone o espera, no queda más opción que levantarse del suelo, sobarse, acomodar las cosas y mirar de vez en cuando la cicatriz que dejó la herida para recordar que andar a ciegas y confiado, cerrando los ojos y haciéndole al valiente: duele.

lunes, 4 de agosto de 2008

En el mar entre amigas

Encontrar un espacio para mi no siempre es fácil, es como si tuviera que hacer permanentemente un esfuerzo extra para estar. La cosa entonces se vuelve cansada y duele este extra, duele porque implica romper una parte de mí para encajar, a veces es un brazo o una pierna, a veces son mis ojos que se nublan o deben cerrarse para no incomodar, a veces este silencio que es mío y otras, casi siempre: el corazón. El mar me regalo en cambio un espacio, un encuentro entre mujeres, si, uno de esos mágicos que solo las amigas pueden ofrecer; el mar me trajo palabras, secretos, silencios, miradas, risas; el mar me regalo confesiones, sentidos, razones, lágrimas y noches, complicidad, solidaridad. El mar acompaño un encuentro de corazones, de verdades, de mujeres: mujeres amigas.  Con ellas y el mar al fondo, la vida me regalo un instante, uno de días,  momento de pertenencia, uno en el que siendo quien soy: recibo siempre un abrazo. Gracias mujeres bellas, gracias por la similitud y la diferencia, gracias por el amor, gracias por las palabras y los silencios, por la mirada y los secretos, gracias por llenarme de vida y hacer de la noche un día, GRACIAS...

viernes, 18 de julio de 2008

Co-creando en medio de la lluvia

"Después de tres días de lluvia continua, mis ramas empezaron a crecer"...y con ellas la esperanza de alcanzar ese rayo de luz que, como prófugo, a ratos se le escapa al sol o que como polizonte se cuela sin pagar cuota, entre una nube y otra.

martes, 15 de julio de 2008

El espacio en donde soy...

Intente lo de las imágenes, intenté ponerle color y forma a mi rostro y nombrarme, intenté romper el dichoso anonimato y salir a la luz, encontrar un nuevo lenguaje para intercambiar...intenté...y no me gustó. Confío más en las letras, en mirar, en el silencio, confío más en lo que de marciana llevó en la sangre. Y es que a ratos me parece que la imagen mancha, confunde. Vuelvo entonces a mis letras que son mi lugar, a la mirada y al silencio que son lenguaje para mi; vuelvo a la sombra que me arropa, a lo noche que me abraza y me acompaña; vuelvo al lugar de donde soy, al que entiendo y honro, a este espacio íntimo sin nombre y con todos los nombres, los que son verdad. Vuelvo porque es de aquí de dónde quiero ser, porque es en la palabra en la que encuentro fuerza...mi fuerza.

sábado, 5 de julio de 2008

Una y Una...

No hago otra cosa que pensar en ti:no me confundas mi musa...

martes, 1 de julio de 2008

No estaba planeado....

No, no estaba planeado...
Te preparabas para encontrarnos,
nos estábamos preparando para recibirte...
y sin embargo era tan importante verte...
y sin embargo era tan importante que supieras.
No, no estaba planeado,
pudiste salir corriendo,
puedes correr (y me importa mucho que lo sepas)
puedes correr o estar,
puedes hablar o callar,
puedes llorar o reír,
puedes pedir o no pedir,
puedes gritar, insultar a la vida o no,
puedes...

Hay muchas manos que juntas,
en la cercanía o en la distancia
con voz o en el abrazador silencio,
en la noche o en el día,
muchas manos, que en la forma en la que hagan falta: están,
están para ti...
Son manos amigas,
sólo eso,
manos amigas que te aman,
manos amigas que quieren ser una red para ti,
un abrazo...un eterno abrazo.


jueves, 19 de junio de 2008

jueves, 12 de junio de 2008

ROSA LEON. Palabras para Julia.

Toca despedirnos...

Al otro lado del diván...

Si…
la primera vez siempre es difícil,
el miedo frente a la posibilidad de ser descubierta
siempre es más grande la primera vez.
Y la posibilidad de que un movimiento, un sonido o una lágrima de esas que se deslizan sorpresivamente por el rostro manche mi maquillaje y me delante, asusta.

¿Ponerle voz a un secreto? Si, sin duda cuesta; vaya que cuesta y vaya que se de secretos y silencio, cada uno de mis contratos lo estipula: “confidencialidad, todo lo dicho aquí quedará guardado en estricta confidencialidad”. A veces parece condena: condenada a mirar y guardar secretos, y a ratos, silencio…como ahora mientras te observo por primera vez.

Ah si, la calle…en eso también puedo entenderte.
Yo camino lento, con cuidado,
no me gusta que se note, no quiero que lo vean…
¡hey!, doctora, eso es allá ¿cómo esta presente aquí el relato de allá?: anda,
vuelva a aquí doctora, haga bien su trabajo.
Haber, lo voy a formular de nuevo: imagino que si lo notas te va a dar tristeza,
imagino que si te das cuenta te voy a parecer un monstruo
y entonces quizá, no me des la oportunidad de acompañarte.

Si, lo que está aquí es que tenemos miedo a ser descubiertos, a que nos miren tal cual somos; lo cierto es que tenemos miedo de mirarnos y desnudarnos. Somos dos con miedo empezando a encontrarse por primera vez.

¿Dices que te cubres con un abrigo? yo lo hago con mi paso lento, con las botas y los tacones, tengo la loca idea de que así la gente cree que camino lento por los tacones, pero no, como tú yo tengo un secreto, y como tú, creo que los otros no se dan cuenta. Entonces somos dos mirándonos a penas, con miedo, de reojo…
¿lo digo?¿servirá decirlo?¿estarás listo para mirarme? ¿estaré lista yo para mirar cómo me miras, para correr el riesgo? ¿estaremos listos para estar juntos, realmente juntos?...espera, espera un poco, es prematuro. Entonces callo…¡puff!…si mi supervisor viera mi tiento,
si descubriera cuanto alargo mi silencio…
y es que como tú tengo miedo,
como tú prefiero guardarme detrás del silencio,
sobre todo cuando el riesgo es que se vea, y entonces quizá, que no vuelvas. Ya, ya tengo la frase, quizá esto ayude…

“Parece que somos dos mirándonos a penas, con miedo y deseo, de reojo pero empezando ya a mirarnos”

(silencio)

No, no lo has dicho todo, no aún.
Pero también es cierto que ya lo vi, lo veo y me emociona: hay libertad en ello, hay posibilidad.
Pero tengo que callar ¿sabes?, no puedo decir “ya lo sé, ya lo vi”, no aún.
Sé que tienes que nombrarlo tú,
que si no le pones voz y nombre a eso que crece a tus espaldas
entonces no podrás volar….¡hey!…cállate! tiene que decirlo él: no quieras
hacerle el camino más fácil…ese pequeño momento de incomodidad, ansiedad e incertidumbre ayuda, eso dice tu teoría ¿no?...a callar entonces…otra vez a callar…pero solo por un momento más.

Anda si, cierra los ojos…quizá si lo haces puedas decirlo, quizá si lo haces podemos decirlo juntos, quizá entonces podamos abrirlos y encontrarnos…

Si, te escucho y ya te imagino así, impulsado por el viento suave de la noche, cobijado por su oscuridad, desplegando tus alas... Shhhh! casi lo dices, casi lo digo yo, pero no, no lo has dicho aún y es importante…y no me toca decirlo a mi…entonces callo y te imagino soltando ese abrigo y entregado a la libertad de la noche…también lo hago yo: cuando cae la noche me deshago de este disfraz, suelto las botas y el relleno que en ellas guardo para alargar mis piernas, me quito el maquillaje del cuerpo y también el del rostro, me quito la peluca y mi cabeza grande queda libre, libre de humanidad.
Ahí vamos, cada vez nos decimos un poquito más ¿te empujo? ¿te digo que ya lo vi? ¿rompo mi secreto para invitarte así a romper el tuyo? ¿para que así digas y entonces seamos dos con espacio en esta tierra a pesar de ser quien somos?...espera…guarda silencio y espera, ya va, poco a poco nos decimos un poquito más.

Romper un secreto es comprometerse,
es no poder renunciar más a ser quienes somos juntos.
Enunciar en palabras un secreto es desnudarse, es poner el alma afuera.
Romper el silencio que nos habita, decir lo que nos decimos a medias es correr el riesgo de gustarnos o no gustarnos, pero también es la posibilidad de encontrar un espacio, un lugar para ambos en este mundo...pero toma tiempo, romper y nombrar un secreto toma tiempo.

Va, un poco de historia para lubricar el encuentro hace bien…si, a mi me crecieron los ojos y mis piernas en cambio han sido siempre tan pequeñas, tan diminutas, creo que por eso mis ojos crecieron tanto en este cuerpo tan chiquito, es como si ellos quisiera abarcar lo que mis piernas no alcanzan, lo que mis botas entorpecen, como a ti tu abrigo. Y ahí, desnuda frente al espejo, como tú con tus alas liberadas, no tengo en donde esconderme, es tan evidente, estos mis ojos inmensos en un cuerpo tan pequeño…esta fuerza tan grande sobre unas piernas tan frágiles, este verde tan hondo, tan brillante, siempre oculto detrás del maquillaje color carne.

Me emociona y me da tristeza, me emociona construir con lo que cuentas esas hermosas alas en libertad, desplegadas, sueltas, inmensas, esas que te llevan a cualquier lugar. Me emociona y me duele que tengas que guardarlas, que no inundes el día con ellas, que no sean abrazadas por el sol y admiradas por el mundo. Me emociona y me duele que tengamos que callar…y si, esto lo puedo decir, es tiempo de romper el silencio…

A medida que hablas te veo crecer, veo tu fuerza cuando te confiesas. Veo tus alas que te llevan de techo en techo, que vibran y se adueñan del viento, del mundo y veo mis ojos grandes montados en este pequeño cuerpo verde, tan amorfo, tan marciano. Imagino tus plumas estremecerse y quiero borrar este maquillaje, mostrarte mi color verde, enseñarte como brilla en la noche, y como su brillo lo alcanza todo, todo como mis ojos. Quiero decírtelo todo, contarte que también me siento sola a ratos, que siento que no quepo, que no encajo, que el mundo va a correr cuando me mire, porque creo que no hay muchos más marcianos en esta tierra, o quizá si los hay, quizá se maquillan tanto como yo, quizá se esconden en las botas y los tacones para parecer más altos y que nadie se de cuenta de que su cuerpo es diminuto, como tú con tu abrigo y quizá hay muchas más alas debajo de los abrigos…quizá... pero ¿sabes? ahora no importa si hay más marcianos o ángeles en este mundo, no importa porque estamos juntos y lo dijimos todo y seguimos juntos..y no, no cerramos los ojos: nos vimos, nos desnudamos y estamos comprometidos porque nombramos un secreto juntos, ahora ya no estamos solos…un ángel y una marciana, unidos por un secreto.

Y entonces toca despedirnos... es la parte dura de mi trabajo: encuentros intensos y despedidas, secretos nombrados y despedidas, almas que se tocan y se acompañan y despedidas. No diré nada, el secreto de confidencialidad me obliga, no diré nada, pero promete tú que no olvidaras nunca.

Marciana
(en respuesta a El ángel de Odile Massé… y a un grupo).

jueves, 15 de mayo de 2008

¡FELICIDADES!

A esos mis maestros que con sus ojos me enseñan, que con sus lágrimas me hacen fuerte, que con su sonrisa me sostienen, a esos mis maestros de los que mirando aprendo, a esos cuyas miradas me regalan tantos mundos, tantas formas, tantos colores y razones. A mis maestros marcianos que siendo de otro mundo me enseñan lo humano y también lo que no se puede tocar, eso en lo que sólo es posible creer, a esos mis maestros que vuelan y junto al viento me bañan de su saber. A mis maestros terrícolas, esos que están bien parados, arraigados, esos que saben lo que quieren porque miran las cosas simples que en realidad hacen el cada día. A mis maestros mosaico que con su mirada me regalan todos los mundos y ninguno, esos que dominan miles de idiomas y generan uno nuevo de la mezcla, uno que nos incluye a todos, que se atreven a moverse y adaptarse una y mil veces, que siendo ciudadanos del mundo me enseñan a sentirme parte. A mis maestros que vienen en camino y que con la sola promesa de su llegada, ya me enseñan del amor y la entrega, me enseñan la vida. A esos que apenas balbucean y me regalan lo importante, lo fundamental con su sola mirada. A los de las letras y los libros. A los del amor y el dolor. A los que son locos y que con su locura me enseñan a soñar. Y a ti... mi Maestro que eres todos, a ti en dónde mi herida encontró luz.
¡GRACIAS!

lunes, 28 de abril de 2008

Si las miradas matarán

Hay miradas que duelen, que marcan, que señalan, que hieren, miradas que sin que tenga uno mucho que decir o reclamar, entran hondo y cortan. Miradas que por duras se quedan selladas, tatuadas en el alma, miradas que nos atrapan y como fotografía aparecen una y otra vez, como queriendo que no se olviden...y lo logran, porque esas miradas duras no se olvidan, son miradas que matan como dicen por ahí, que matan de a poquito...como veneno suave que entra a la sangre y nos roba la vida despacito. Casi siempre son miradas amadas, miradas queridas: pero es que entre el amor y el odio, también dicen, solo hay un paso, un instante, un movimiento breve.

Ayer los ojos de alguien se me quedaron dentro, y hoy no dejan de doler...ayer una mirada fracturo mi alma, y hoy no deja de doler...ayer se me murió un poquito el corazón, y hoy no deja de doler...

miércoles, 16 de abril de 2008

Por momentos uno sospecha que la paz ha llegado, que la guerra termino, que el camino andado y peleado ha encontrado finalmente sombra debajo de un árbol...pero no siempre es así, la vida no es así, cuando algo termina ya empieza un algo más; cuando algo se alcanza hay que volver a empezar, es la única forma de mantenerse con vida, de mantenerse en la vida.

viernes, 14 de marzo de 2008

El encuentro

Encontrarse es ser sorprendido, atrapado por una mirada; es quedarse desnudo con las carnes expuestas, con el alma de fuera....es ponernos a la luz tal como somos, como vamos siendo con todas nuestras imperfecciones, y a pesar de ello ser abrazados, y a pesar de ello no sentirnos solos. Encontrarse es sabernos nuevos con el otro, es permitirnos estar perdidos en un instante, ser tragados por un momento y al mismo tiempo reconocernos otros con el otro. Encontrarse es llorar lágrimas prestadas, reírnos a carcajadas o gritarnos porque andamos heridos o de malas, recibir una caricia e inventar juntos un lenguaje, una palabra nueva, una que nace e inmediatamente se borra, porque encontrarse es no repetir nunca el mismo momento, encontrarse es siempre la primera y la ultima vez, es dejar que la torpeza nos invada (porque uno es torpe siempre que lo hace por primera vez) y de ella sacar fuerza, energía, excitación suficiente para seguir ahí y crear de ahí mismo una forma bella, y es que poco hay más hermoso que la torpeza de lo nuevo, de lo no sabido. Encontrarse es no salir corriendo, es atreverse a quedarnos, a ser descubiertos, es mirar más allá de la sombra, de la niebla, de la forma; es ser famosos e importantes, reyes por un instante; es robarle un sorbo a la vida. Pero encontrarse es también desencontrarse, porque en el desencuentro la sangre corre y herve, la noche es honda y el vacío presencia, porque en el desencuentro hay tanta muerte que nos llenamos de vida. Desencontrarse es decir la verdad que incomoda, pero que por dicha nos deja juntos. No hay forma de escapar al encuentro entonces, no hay forma de esconderse ni siquiera inyectándole anestesia a la vida...no hay forma de escapar del encuentro entonces, no al menos mientras haya vida.

martes, 26 de febrero de 2008

El camino al revés

Abro la puerta, te invito a pasar y sentarte...entonces estás ahí. Abro los ojos como si siempre fuera la primera vez y estás ahí. Primero no importa cómo vengas vestido, pasa al fondo; no importa de qué hables, pasa al fondo, no importa tu forma: la de encimita, no importa la imagen, primero importa eso que guardas dentro de tus ojos. No importa qué es lo que dificulta nuestro encuentro o eso que lo facilita, qué lo hace instantáneo o casi mágico. Al principio me importa mirar al fondo de tus ojos, encontrar en ellos eso que guardas con miedo, con reserva, eso que como un tesoro, como la más callada de las vergüenzas o como el más grande y peligroso de los secretos guardas al fondo de tus ojos... importa por que es ahí en dónde puedo empezar a mirarte, importa porque ahí encuentro algo que siempre me permite estar, volver y entonces empezar a sentir.
Después es que importa tu forma, tu imagen, tus contenidos y tus tonos, la forma en la que enuncias tu discurso y se ordenan o desordenan tus palabras, el ritmo en que respiras, la manera en la que te sientas, la forma en que me miras o no me miras mientras hablas
y lo que todo eso despierta en mi. Después, y sólo después de mirar al fondo de tus ojos, es que puedo poner lo que veo y lo que pasa al servicio de este encuentro, de ti.
El camino es en sentido contrario, creo que siempre he caminado así: en sentido opuesto y es que es ahí en dónde logro sorprenderme, es ahí en dónde encuentro lo nuevo, es ahí en dónde necesito pararme para conseguir estar, con todo lo que me ocurre en ese estar, no importa si es agradable o desagradable, no importa porque ya pase por el fondo de tus ojos.
¿Cómo lo haces? me preguntan a veces...y yo pienso: es que camino en sentido contrario, primero entro al fondo de tus ojos y entonces el resto no es peligroso para ninguno de los dos, no puede serlo... porque ahí, en el fondo de los ojos, todo es tan familiar, tan simple, tan humano. Porque ahí, en el fondo de los ojos, todo es verdad.

viernes, 22 de febrero de 2008

una probadita...

Termine de leer un libro hermoso, crudo y bello...uno de esos que se vuelven un cuadro, un sorbo de té caliente, un abrazo que ha ratos duele pero que no puede uno dejar de sentir, de probar. Llegó un martes por la noche y para el miércoles se me había acabado (si es que un libro puede acabar de leerse alguna vez)...tengo una y mil frases suyas en mi cabeza, una y mil imagenes, uno y mil sabores en mi paladar. "El opio es dulce y terrible a la vez...como el amor -dice Maxece Fermine ahí- una vez que se aficiona uno cuesta deshacerse de él...el opio es un amor que no se elige"...cómo si hubiera un amor que se elige, no, el amor no es así, el amor te llega, te toma, te colma, el amor te pasa encima y entonces no hay mucho más que hacer que amar...rendirse y amar...no importa si duele, si esta bien o está mal, no importa si es correcto...no, las reglas en él pierden sentido...y de él, es cierto, uno no se cansa nunca...del amor y la vida no puede uno cansarse nunca...esa es la bendición, esa es la maldición...
Anda, reegálate un té caliente, un instante y deja que las palabras de Maxence Fermine en "Opio" te lleven de la mano a través de esos sueños locos que hacen la vida...

Gracias hermano...gracias por que tus ojos y tus letras siempre tocan mi alma.

lunes, 4 de febrero de 2008

No sólo las paredes oyen...

Hay esquinas que hablan detrás del silencio, que guardan, esquinas que abrazan o que están manchadas de nostalgias, de momentos, de viejos instantes que fijados en el tiempo y en la banqueta se hacen vivos. Hay esquinas calladas que mudas lo dicen todo porque lo escucharon todo, esquinas que gritan lo que la prisa, los días y el movimiento cotidiano nos impide mirar. Esquinas a las que llegamos y parece inevitable detenerse porque en ellas el vacío se llena sorpresivamente de contenidos, de palabras, de imágenes, de sentimientos que sin saber de golpe exactamente de dónde es que vienen, nos invaden...y entonces uno no puede más que quedarse ahí por horas mirando pasar el ayer como si ocurriera de vuelta hoy. Si, hay esquinas que susurran instantes, hubieras, palabras rotas o confesiones. Algunas son sucias, otras andan vestidas como de fiesta con banquitas y jardineras coquetas, algunas son simples (esquinas X), otras guardan detrás una cafetería, una miscelanea o un puesto de tacos o de tamales; algunas cambian con el tiempo y otras permanecen igual, son esquinas abandonadas, y hay también las que son devoradas por grandes edificios modernos (esquinas industriales que podrían parecer hasta impersonales); están las que cuentan con un puesto de periódicos o uno de flores (esquinas con suerte)...las hay miles y distintas, pero todas, todas son esquinas mudas que lo saben todo, que lo han visto todo, que se vuelven sabios rincones y testigos. Esquinas que esconden el apasionado e irracional pleito de unos novios jóvenes o la tartamuda y torpe confesión de un amor, el inútil regaño de una madre cansada que finalmente explotó o la callada despedida de esos que han decidido no estar más. Esquinas marcadas por las ruedas de una, dos o tres carreolas o grabadas con las diminutas huellas de un niño dando sus primero pasos, de un perro que andaba por ahí o de un despistado que no se fijo que el cemento estaba fresco. Si, hay esquinas que lo saben todo, y como las paredes, no dicen nada... no pueden... han sido condenadas a ser testigos silenciosos de lo que en el camino ocurre. Esquinas que simplemente miran, callan, están y guardan como tesoro olvidado algunos de los momentos que hacen la vida antes de ser barridos por el tiempo y el olvido....de vez en cuando tengo la suerte de ser sorprendida y atrapada por alguna de mis esquinas ¿y tu?...

miércoles, 30 de enero de 2008

No se me olvido...

No, no se me olvido este espacio....no hay forma de olvidar...es sólo que me dí un momento para decidir si continuar o no aquí, si era tiempo de salir corriendo, de volver al abrazador silencio, al espacio quieto de mi mente, a mis cuadernos viejos, a mis letras calladas.
A veces me asusta este espacio, a veces me asusta hablar, decir, a veces me duele....hablo bajito cuando hablo de mi, cuando le digo a alguien lo que siento, cuando salgo al mundo a mostrar algo más que lo que la teoría me enseña...si, hablo bajito, me trabo y hasta tartamudeo y sudo como una loca... y esta voz baja me ha dolido. "Más fuerte" me han dicho y entonces no quiero más que callarme.
Cuando escribo en cambio, mi voz sube y soy capaz de decir con más fuerza, pero entonces me leo tiempo después y el pudor me invade y no quiero saberme más, mostrarme más. Es entonces quizá el reconocimiento de todas estas dificultades lo que me hace volver....si algo me cuesta me sostengo, sé caminar contra corriente, sé andar a pesar de los pronósticos, conozco de la adversidad y pararme sobre ella me regresa la fuerza que ha ratos siento perdida. Vuelvo entonces porque me cuesta, vuelvo porque me asusta, vuelvo porque estoy en busca de un sentido, vuelvo porque necesito aprender a moverme, a creer, a subir mi voz sosteniendo mi volúmen, mi forma, mi torpeza. Vuelvo también porque sigo creyendo que nos hace falta mirar, mirar despacio, mirar ahí en donde no solemos mirar o en donde no queremos mirar...vuelvo porque creo que nos falta mirarnos y no puedo invitar a mirar si no me muestro, si no saco mis ojos del silencio, si no soy capaz de invitarnos a hacer un alto, a mirar los tonos, los colores, las sombras, los miedos, las vergüenzas, las diferencias poniendo a la luz mis tonos, mis colores, mis sombras, mis miedos, mis vergüenzas....vuelvo porque para invitar a relacionarnos tengo que relacionarme a pesar de mis dificultades y con ellas por delante.

viernes, 4 de enero de 2008

FUMAR O NO FUMAR...

Cada decisión que tomamos, por grande o pequeña que parezca, pensada o no tanto.... cada paso, cada momento en el que nos detenemos o no, cada palabra dicha o escondida, silenciada... cada mañana cuando salimos de la cama o incluso si no salimos de ella y nos quedamos ahí metidos por culpa del frío, del miedo, o de la tristeza que viene disfrazada de "no tengo ganas de nada"... cada vez que entramos a la cocina y pensamos ¿café? ¿un té caliente?¿ un jugo de naranja o un agua de limón con chía? ¿una copa de vino o una cerveza fría? ¿carne, pollo, pescado o de plano puras verduritas? ... cada libro que elegimos abrir o que regresamos al librero, al buró o a esa esquina junto al sillón en la que no parece caber uno más, cada disco que ponemos, cada canción en la que nos detenemos o a la que ni siquiera atendemos... cada compromiso que cumplimos o cada uno de esos de los que nos escapamos con cualquier pretexto barato y recién sacado directito de la manga... cada beso, cada encuentro, cada letra que dejamos escrita o cada una de las miles que borramos en un ataque de pudor o de autocrítica... cada decisión, cada momento, cada noche, cada lágrima y todas las carcajadas, cada pleito en el que nos montamos o esos que pasamos de largo con tal de no perder un buen rato. Todo y cada una de las cosas que hacemos o dejamos de hacer, todo nos va haciendo, nos define, nos marca, nos cambia la vida... cada paso nos cambia la vida, lo veamos o no, nos hace unos nuevos, nos convierte en eso que somos y nos arrebata eso que podríamos haber sido. Y así es como nos vamos haciendo y deshaciendo, así se teje el destino, el nuestro, el que conscientes o no nos dibujamos cada día, cada instante...

jueves, 3 de enero de 2008

El mundo no es como "debería" de ser, no funciona de acuerdo al manual de Carreño ni a los deberías dictados por cada una de las muchas religiones, tampoco de acuerdo a los códigos morales de cada país, de cada grupo, de cada clan, ni siquiera de acuerdo a las famosas leyes naturales o a las millones de éticas escritas...no, el mundo no es como "debería" de ser.
El mundo tampoco es siempre como quisiéramos que fuera el mundo, como lo soñamos o lo deseamos, como nos contaron que sería ni funciona tampoco como esperaríamos que funcionara para vivir en paz y sin ansiedad, sin dolor, sin contradicciones, sin esfuerzos, sin luchas grandes y chiquitas.
No, el mundo no es como "debería" de ser y tampoco es siempre como quisiéramos que fuera, el mundo es como es, el mundo es como lo vamos construyendo, como lo vamos habitando...el mundo es el mundo...y sólo podemos elegir cómo es que queremos vivir en él.