sábado, 23 de agosto de 2008

MIRADAS

Hay miradas que abrazan,
miradas que raptan, secuestran el alma.
Hay miradas que duelen
y están las que callan.
Hay miradas que esconden,
seducen,
mienten,
miradas que engañan...
y hay también, las que matan.
Hay miradas que piden, suplican
miradas que añoran, que esperan.
Hay miradas que juegan,
que evaden, 
que a penas pueden tocarse.
Hay miradas que buscan
y están esas que se encuentran.
Hay miradas que babean,
miradas que quieren comerse al mundo o al otro,
miradas que aman.
Hay miradas asustadas,
sorprendidas, 
miradas extrañadas del mundo,
de un mundo en el que no encuentran ni se encuentran.
Hay miradas dolidas,
miradas que esconden todo el dolor del mundo,
miradas que lloran, aún estando secas.
Hay miradas que hablan,
que no conocen otro lenguaje,
miradas a las que les ha sido otorgada la palabra muda,
esa palabra sin voz que dice tanto y no dice nada: no puede.
Hay miradas inocentes,
miradas que todavía creen,
miradas que guardan sueños aunque los otros los llamen utopías,
son miradas un poco miopes, si,
miradas miopes que hacen del universo un lugar mejor...
en ellas vive la esperanza.

domingo, 17 de agosto de 2008

Cuerpos que hacen magia en un instante...



He visto magia, he mirado a través de una pantalla lo que el cuerpo y la disciplina, la voluntad y la pasión es capaz de hacernos hacer. He visto hombres y mujeres fundirse con el agua; los he visto correr, pelear y dejar el alma en una pista. Los he visto brincar, volar, fundirse con el cielo; he visto lo que no creí que pudiera ser visto y he temblando frente a la belleza de ese espectáculo. Porque un cuerpo fuerte y valiente es hermoso, porque la mirada de quien lo logró es conmovedora, porque la pasión es abrazadora y lo inunda todo. Me he fundido en la contemplación de esta belleza... y he llorado hondo, he llorado por lo que mi cuerpo no puede, no ha podido y no podrá nunca hacer; por cada paso que duele, por mis músculos que han sido condenados a la debilidad, por mis huesos que se aferran a la esperanza de una aguja, al sueño diario de un instante más, de un paso más.

La vida me dio un cuerpo enfermo, débil, uno viejo y cansado desde joven, desde siempre. La vida me enseño a vivir pendiendo de un hilo, de un instante, de una esperanza desesperanzada. Y sin embargo, siempre justa, la vida me dio  a cambio un corazón valiente que me permite mirar a pesar del dolor y la envidia,  si, la vida me dio valor y estos mis ojos que han aprendido a contemplar despacio, hondo, y que me permiten ser testigo de lo que otros cuerpos, unos mágicos, son capaces de hacer en dos, tres, cinco, diez minutos; mirar sus formas, su fuerza, sus rostros; mirar la magia de un instante: sus instantes, y conmoverme con ellos, por ellos. 

Gracias entonces a la vida, por permitirme mirar...

viernes, 8 de agosto de 2008

Palabras robadas...

De Pablo Fernández Christlieb...

"La melancolía no tiene causas, porque surge cuando se acaban las causas".

"El exilio interno de nuestros melancólicos contemporáneos se puede notar en que se aíslan, se callan, andan mal vestidos, y es que saben que hablan un idioma que ya no existe y creen en cosas que ya no son ciertas".

"Las miradas se hicieron para encontrarse, y por eso se buscan (...) a veces (...) uno busca con la mirada los ojos de otro, y encuentra que esos ojos sólo están viendo".

"El silencio es el lenguaje que esta más allá de lo que puede decirse (...) no contiene palabras, sino una cadencia (...) En el silencio, sucede que el hablante, el habla, el lenguaje y el mundo son una misma instancia indisoluble".

"El silencio es la palabras en la punta de la lengua".

"La versión callada del lenguaje, el estilo, es una afortunada incorrección; el estilo involucra al que habla en lo que dice; el estilo es lo que no se dice de lo que se dice". 

"El lenguaje comienza con un silencio: el silencio lingüístico es aquella parte del lenguaje que está más allá de las palabras. Si el silencio dura lo suficiente, se convierte en lenguaje poético o mimético. Si el lenguaje poético dura lo suficiente, se convierte en lenguaje especular o conceptual. Si el lenguaje conceptual dura lo suficiente, se convierte en lenguaje técnico o práctico. Si el lenguaje técnico dura lo suficiente se hace ruido verbal".

martes, 5 de agosto de 2008

Y de pronto ¡ZAZ!

Ocurre a veces que uno se pone a jugarle al valiente y a arriesgarse a andar de lleno en la vida. Ocurre que entonces decide hacer cosas "locas", es decir, distintas a las que uno está acostumbrado: hablar, mostrarse y hasta cerrar los ojos y caminar a ciegas, despacio, a tientas, confiando en la oscuridad y en el tacto, como si nuestras manos fuera sabias. En esos momentos uno camina lento para sentir hasta el viento y jugar a volar, a vibrar, a ser presa de la noche que fascina. Si, ocurre a ratos que uno se atreve a cerrar los ojos convencido de que el piso estará ahí para recibir cada paso y sostenerlo, que el mundo es seguro por conocido, que las cosas están ahí y así: justo como uno supone que están. Pasa entonces que hay un escalón de más o de menos, que la mesa no está en donde debería de estar o que alguien había movido apenas unos centímetros la vieja mecedora de madera, que hay una esquina que uno no calculo o que el piso no es tan liso y firme como uno esperaba, mucho menos cálido y acolchonado. Resulta entonces que la noche no abraza, que las cosas no son ni están como uno supone. Sin remedio uno se tropieza y cae de manera estrepitosa al suelo, y entonces parece tan sólo, tan chiquito, tan ridículo y absurdo tirado en el piso lamiéndose las heridas. En esos momentos uno desea ser tragado por la tierra, borrarse del mapa, desaparecer del mundo; pero como no hay forma de irse a ningún lado y no hay más remedio que seguir habitando este mundo que no suele ser nunca como uno supone o espera, no queda más opción que levantarse del suelo, sobarse, acomodar las cosas y mirar de vez en cuando la cicatriz que dejó la herida para recordar que andar a ciegas y confiado, cerrando los ojos y haciéndole al valiente: duele.

lunes, 4 de agosto de 2008

En el mar entre amigas

Encontrar un espacio para mi no siempre es fácil, es como si tuviera que hacer permanentemente un esfuerzo extra para estar. La cosa entonces se vuelve cansada y duele este extra, duele porque implica romper una parte de mí para encajar, a veces es un brazo o una pierna, a veces son mis ojos que se nublan o deben cerrarse para no incomodar, a veces este silencio que es mío y otras, casi siempre: el corazón. El mar me regalo en cambio un espacio, un encuentro entre mujeres, si, uno de esos mágicos que solo las amigas pueden ofrecer; el mar me trajo palabras, secretos, silencios, miradas, risas; el mar me regalo confesiones, sentidos, razones, lágrimas y noches, complicidad, solidaridad. El mar acompaño un encuentro de corazones, de verdades, de mujeres: mujeres amigas.  Con ellas y el mar al fondo, la vida me regalo un instante, uno de días,  momento de pertenencia, uno en el que siendo quien soy: recibo siempre un abrazo. Gracias mujeres bellas, gracias por la similitud y la diferencia, gracias por el amor, gracias por las palabras y los silencios, por la mirada y los secretos, gracias por llenarme de vida y hacer de la noche un día, GRACIAS...